martes, 7 de diciembre de 2010

Resumen de los capítulos de Sweezy

PRIMERA PARTE: VALOR Y PLUSVALÍA.

1. El método de Marx.

Marx hizo importantes contribuciones metodológicas para las ciencias sociales. Su método abstracto-deductivo consiste de aislar hechos irrelevantes y abstraer sólo lo verdaderamente significativo para el estudio de un fenómeno social. Por ejemplo, la relación entre la clase burguesa y la clase proletaria es una abstracción necesaria para un análisis. Hay que saber analizar bien la realidad social, y lo irrelevante no debe confundir o interferir en la investigación. Para analizar y criticar el sistema hay que mirarlo desde fuera.

Pero no se puede predecir o aplicar sin modificar estas abstracciones. Muchos críticos de Marx no se dan cuenta de esto, aunque Marx advierte de esto: la realidad social es un proceso histórico y el cambio social es un producto de acción humana en un cierto tipo de sociedad. Los hombres hacen su historia según las circunstancias en que viven.

Marx va de lo más abstracto a lo más concreto etapa por etapa. Para abstraer, o sea aislar ciertos aspectos del mundo real, hay que preguntarse, ¿qué problema se examina y cuáles son los elementos esenciales del problema? Es difícil definir esto pero es necesario para el análisis.

El materialismo es el principio para entender la realidad social. La economía es la base y encima de ella está la superestructura, como la política, la ética y la ley. Las relaciones de producción constituyen la estructura económica de la sociedad. Entonces, la producción material determina el carácter de los procesos sociales y políticas de la vida.

En un cierto momento del desarrollo, las fuerzas materiales de producción de la sociedad entran en un conflicto con las relaciones de producción o con las relaciones de propiedad dentro de las cuales habían operado. El desarrollo de las fuerzas de producción hace que estas relaciones se conviertan en trabas del desarrollo. Este hecho dialéctico lleva a una revolución social que cambia la base económica y hace cambiar la superestructura también.

Cuando Marx habla del cambio social en la economía política no trata de reducir todo en términos económicos sino que descubrir la relación real entre elementos económicos y no-económicos en la sociedad. El capital es la fuerza que domina la sociedad burguesa, y la relación principal es entre los capitalistas y los obreros. La sociedad se divide en dos clases hostiles que se enfrentan una a otra. Para un análisis puro hay que aislar los conceptos "capitalista" y "proletariado", y otras relaciones sociales tienen que ser aisladas de ellos.

Es la relación capital-trabajo que hay que estudiar, sus características más esenciales. Hay que conocer el fenómeno general de cambio. La relación de cambio es que el capitalista compra fuerza de trabajo al obrero, y el obrero recibe dinero del capitalista para subsistir. También hay que analizar el valor de cambio y el dinero.


2. El problema del valor cualitativo.

Marx comienza analizando la “producción simple de mercancías” y enfrentando este concepto con la versión de la tradición clásica de economía. Así, Smith concibe la división del trabajo como origen de todo aumento en la productividad, sin embargo, difiere en el hecho de que le es inconcebible dicha división independientemente del cambio. Para Smith, esta división del trabajo es consecuencia necesaria de cierta propensión humana a traficar, trocar y a realizar cambio. Lo importante aquí, son las implicaciones de esta afirmación, pues alude a una forma de organización económica que se sustenta en la naturaleza humana, conllevando a una concepción puramente cuantitativa: la relación cuantitativa básica entre mercancías que se establece a través del proceso de cambio.

Por otro lado, Marx acepta esta relación de manera unilateral, es decir; la división de trabajo es una condición necesaria para la producción de mercancías, pero no a la inversa; “en cada fábrica el trabajo se divide conforme a un sistema, pero esta división no tiene lugar por el cambio de los productos personales de los operarios entre ellos” (Capital, I, p.49).

Se niega que la división de trabajo esté ligada necesariamente al cambio, más bien, se concibe como una posible dinámica económica históricamente condicionada, que es necesario separar de la atribución inherente a la naturaleza humana.

Visto esto, Se apunta que el economista debe focalizar su estudio no sólo en lo cuantitativo, sino también en las relaciones sociales que subyacen a la forma de la mercancía. Las tareas de la economía política no sólo son cuantitativas sino también cualitativas.

Toda mercancía tiene una doble faceta; el de valor de uso y el de valor de cambio. El valor de uso expresa cierta relación entre el consumidor y el objeto consumido, hoy en día su sinónimo sería el de “utilidad”. Marx lo excluye de la esfera de la economía política, pues ésta debe centrarse en lo social, y el valor de uso no da cuerpo, directamente, a una relación social. Esto no significa que el valor de uso no deba jugar ningún papel en la economía política, aunque no como una categoría económica en sí misma, es un prerrequisito del consumo.

En una sociedad en la que la producción social gira en torno al método del cambio, sólo en calidad de mercancías tiene valor de cambio un producto. El carácter cuantitativo del valor de cambio es sólo un armazón de la esencia de las relaciones sociales ligadas al cambio. La relación de cambio como tal es una expresión del hecho de que los productores individuales, trabajando de manera aislada, realmente funcionan en consecuencia de sus semejantes. El cambio de mercancías es un cambo de los productos del trabajo de productores individuales.

Sólo es aplicable este concepto cuando se da relación entre mercancías, es decir; no se puede aplicar este concepto a una mercancía sola. Sin embargo, sí se da la característica cuantitativa en la mercancía individual.


Así, como valor de uso, una mercancía es un rasgo universal de la existencia humana, presente en cada una y en todas las formas de la sociedad. Como valor, la mercancía es un rasgo específico de un momento histórico específico de una sociedad en concreto, y se distingue por dos cosas; la división de trabajo desarrollada y la producción privada.

El trabajo tiene también, dos aspectos que le subyacen; uno correspondiente al valor de uso y el otro al valor de las mercancías que produce. El valor de una mercancía, cuantitativamente, representa un gasto en músculo, nervios, cerebro, etc. Pero también representa trabajo abstracto.

El trabajo abstracto es compatible con el hecho de pasar por alto las características específicas de esa mercancía o servicio, es decir; el trabajo abstracto es lo común a todos los trabajos, es trabajo en general.

Así, una vez posible una reducción de todo trabajo a estos niveles, es posible una comparación, gracias al común denominador. Luego, es muy importante el volumen total de la fuerza de trabajo social y su nivel general de desarrollo.

(El libro lo hemos desarrollado entre todos los componentes del grupo por lo tanto el resto de los capitulos estan en el blog de Lydia Lucas, Ana Isabel Perez y Angel G. Díaz)

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